Vergüenza, excitación, excitación y mucha vergüenza. El aire frio de la noche chocaba contra mi piel desnuda; las ventanas del patio me miraban con sus ojos vacíos y oscuros. Intente ahogar cualquier sonido, pero los gemidos se me escapaban incontenibles a través de la mordaza.batían las alas como pájaros y subían a través del frio aire de la madrugada hacia el cielo, hacia las estrellas, hacia el vacío del placer. Era como
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A mis espaldas mi dueño apretado contra mi, obligándome a apoyar los pechos contra el alfeizar de la ventana abierta,cualquiera que se asomara en aquellos momentos hubiera podido verme, ¿Me importaba? Una parte de mi estaba muerta de verguenza, otra parte de mi no le importaba nada los oscuros ojos de las ventanas y la remota posibilidad de que un vecino desvelado estuviera mirando con la luz apagada por la ventana. En la habitación habia juguetes eroticos que compramos en un
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dildos de gelatina Nada importaba, solo el momento, solo la dureza de lo que se frotaba contra mis manos sujetas con las esposas y que yo asía con ansia. Solo importaba el aquí y el ahora, El y yo.